La violencia contra las mujeres y las niñas constituye una barrera importante no sólo para su salud sino también para el ejercicio pleno de sus derechos sexuales y reproductivos.
Su erradicación a nivel mundial es de vital importancia, y así lo han entendido y se han comprometido con ello los 187 países que, desde su adopción en 1979, han ratificado la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW)
La identidad de género es la manera en que cada persona siente su género, que puede, o no, corresponder con el sexo asignado al nacer y con sus marcadores de género en sus documentos legales e identificativos. Las personas trans son aquellas cuya identidad de género difiere de su sexo de asignación, incluyendo transexuales, transgénero, queer, y a personas que se identifican fuera del binarismo hombre-mujer, entre otras1.
Las personas trans expresan su identidad de género a través de una serie de elecciones, más o menos permanentes en el tiempo, acerca de su forma de vestir, su apariencia o a través de modificaciones corporales, que pueden, o no, incluir tratamientos médicos, e intervenciones quirúrgicas y/o estéticas. Dependiendo de su nivel de autoaceptación y de la disponibilidad de apoyo y recursos, las personas trans pueden llevar a cabo transiciones sociales, hormonales o quirúrgicas.
PREVENCIÓN DE LA TRANSMISIÓN DEL VIH, OTRAS INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL Y COVID-19 EN LAS RELACIONES SEXUALES
> Tras el periodo de confinamiento a causa del estado de alarma por COVID-19, es previsible que las personas comiencen a retomar los encuentros sociales, incluidas las relaciones sexuales.
> Por ello es importante ser conscientes del riesgo que supone una exposición con contacto interpersonal directo y estrecho que puede ser de riesgo tanto para el SARS-CoV-2 como para el VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS).